domingo, 10 de marzo de 2013

El Padrino

Este año se cumple el aniversario número veinte de la desaparición física del platense Miguel Bru, aquel estudiante de la carrera de periodismo de nuestra facultad que resultó ser víctima del feroz accionar policial que tanto supo alimentar la carátula de 'gatillo fácil' en la Argentina.
Sin embargo, agosto de 1993 no significó únicamente la desaparición de Miguel sino la imposición de un sentido en la sociedad platense, ese sentido que él llevaba y transmitía a todo su entorno; lleno de amor, solidaridad, ayuda, felicidad y justicia. Todo esto se materializó en lo que hace algunos años es la Asociación Civil Miguel Bru, formada informalmente por familiares, amigos y compañeros de universidad de Miguel el día posterior al hecho de desaparición, e institucionalizada desde 2002.
El hecho de informar esto en nuestro blog es la particular relación que tiene León Gieco con la entidad, quien lo nombró 'Padrino'. Tras conocer la historia de Miguel en boca de su madre, Rosa Schoenfeld de Bru, decidió unirse a su lucha, afirmando que casos de este tipo son producto de las secuelas que han dejado los procesos dictatoriales de gobierno en materia de fuerzas de seguridad. 
León realiza shows anuales donde la recaudación va destinada a las diversas actividades comunitarias de inclusión a las que se dedica la asociación, porque además de ser un Grupo de DDHH que 'aconseja' a la gran cantidad de familias que sufren casos similares al de Miguel en el país, también dicta talleres tales como de informática, cocina y repostería, diseño gráfico, servicio de mesa, periodismo digital, música, entre otros, los cuales se enseñan en una sede de la institución ubicada en Parque Patricios (GBA).
De esta manera vemos que una obra musical no solamente puede dar popularidad o dinero, sino la posibilidad de ser reconocido en causas tan nobles como esta. Otro gol más para el arte.

León, durante su recital realizado en el Teatro Coliseo Podestá de La Plata, el pasado 24 de noviembre.

Recibiendo reconocimiento en manos de Rosa, madre de Miguel y secretaria de la asociación.



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